Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Bifobia y Transfobia

Por Genaro Lozano

Agradezco la invitación del presidente López Obrador para hablar sobre el 17 de mayo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. Una fecha que sirve para conmemorar los logros, repasar los pendientes y los desafíos a nivel global, nacional y local.

En la década de los años 70, una mujer llamada Nancy Cárdenas salió del clóset en la televisión mexicana y desafiante y valiente le dijo a Jacobo Zabludovksky: estoy aquí, porque soy lesbiana y quiero los mismos derechos para todos. La necia y formidable Nancy Cárdenas, como la llamaba el escritor Carlos Monsiváis, es la madre del Movimiento Lésbico Gay Bisexual y Trans mexicano. En esa década no había un solo derecho reconocido para las poblaciones de la diversidad sexual. Por el contrario, había persecución e intimidación bajo el pretexto de haber cometido “faltas a la moral”.

Gracias al trabajo de activistas LGBT y al de aliadas y aliados nuestro país es hoy mucho más justo, mucho más incluyente. Los activistas LGBT pasaron de lo lúdico y lo clandestino a lo público y lo político y siguiendo el eco de Nancy salieron valientemente a las calles a protestar y a demandar derechos, a exigir dignidad y ciudadanía plena. Justo este 2019 se celebra ya el 41 aniversario de la marcha del orgullo, aquí en la CDMX.

A mediados de los 90, la irrupción del movimiento zapatista nos hizo voltear a vernos a los ojos y entender las múltiples discriminaciones de los pueblos originarios y también por supuesto de la diversidad sexual. A partir del 2001, las feministas lésbicas tomaron la batuta y presentaron la primera ley para reconocer a las parejas del mismo sexo en México y América Latina. Cinco años después, en el 2006, las sociedades de convivencia pusieron al entonces Distrito Federal en la vanguardia de los derechos para las personas LGBT en todo el país.

En 2009 el movimiento LGBT, la coalición sociedad unida por el matrimonio igualitario, impulsó y arropó la llamada Ley Razú y con ello avanzó el matrimonio igualitario en la Ciudad de México y la puso en el radar del mundo entero. Desde entonces se ha desencadenado un lento, pero constante efecto dominó en todo el país. Tan solo esta semana, los congresos de los estados de Hidalgo y San Luis Potosí aprobaron el matrimonio sin discriminación y Chihuahua presentó una iniciativa. Esas legisladoras y legisladores entendieron que el amor es el amor. Ya son 18 estados los que permiten por la vía legislativa o judicial el matrimonio sin discriminación. 18 de 32. El matrimonio igualitario ya es mayoría y debemos sentirnos orgullosos de activistas, de legisladores aliados y del Poder Judicial, de nuestra Suprema Corte que ha validado y exigido estos derechos.

Pero también orgullosos de la gente. La más reciente encuesta nacional de discriminación, realizada por CONAPRED, indica que el 60% de la población mexicana apoya el matrimonio igualitario. 60% a favor y entre los más jóvenes este número es mucho mayor. Hace apenas 15 años esto parecía impensable. Esto ya cambió y es de celebrarse. Pero no ha sido fácil.

Lo mismo ocurre con la identidad de género. Seis estados ya tienen leyes que reconocen el derecho a la identidad para las personas trans. Falta mucho por hacer, pero justo ayer una joven abogada, activista, indígena y trans, llamada Jessica Marjane, detalló los retos para estas poblaciones en la Secretaría de Gobernación ante integrantes del gabinete, que, dicho sea de paso, es el más aliado de los derechos humanos para las personas LGBT de la historia de México.

Hemos avanzado colectivamente mucho y celebramos colectivamente lo logrado hasta ahora, e incluso hay excelentes noticias, históricas noticias, en el tema del VIH-sida en México que presentarán más adelante, pero el panorama dista de ser óptimo. Según la organización Letra S, 473 personas fueron asesinadas en el sexenio anterior simplemente por ser gays, lesbianas o trans. Y este año ya van 28. Apenas la semana pasada, a menos de 3 km de Palacio Nacional, el restaurante La Cañita fue atacado por sujetos con odio a las mujeres lesbianas. El odio mata. La ideología del odio que diseminan grupos anti derechos humanos mata. La lesbofobia mata. La transfobia mata. La homofobia mata. Así de claro. Así de fuerte.

El gobierno que encabeza presidente, el gobierno que encabezas Andrés Manuel, tiene que decirlo muy claro. No hay 4ta transformación sin las personas LGBT. México no será un país más justo, seguro e incluyente si seguimos discriminando, si seguimos diciendo que estos temas no importan, si seguimos pensando en consultas para los derechos humanos.

México solamente será un país más justo e incluyente si se respeta el derecho de todas las personas a opinar, de la sociedad civil a colaborar con el gobierno, de los periodistas a realizar su trabajo sin intimidación y especialmente si se avanza en los derechos de las personas más vulnerables, de las personas indígenas, de los jóvenes sin oportunidades, de las personas con discapacidad, de los adultos mayores. Y en todos estos grupos, en todas las familias, en todas las calles y en todos los partidos hay al menos una persona LGBT. Estamos en todos lados. Somos tus amigos. Somos tus vecinas. Somos tus soldados. Somos tus senadoras. Somos tus pastores en iglesias cristianas incluyentes. Somos tus nietos. Somos tus hijas. Somos tus hijos y no estamos enfermos. No hay nada que corregir. Somos personas. Somos mexicanas y mexicanos, igual que tú.

En 2010, Felipe Calderón le abrió la puerta a la homofobia del Estado al cambiarle el nombre al día que hoy celebramos y al combatir el avance del matrimonio igualitario en la CDMX. Y lamentablemente el PAN ha votado mayoritariamente en contra del matrimonio sin discriminación en los estados donde ya es una realidad.

En 2016, el presidente Peña Nieto cambió esta postura, abrió la puerta de Los Pinos a la diversidad sexual, decretó el primer día nacional contra la homofobia en México, presentó un paquete de iniciativas en la materia, pero su partido, el PRI, le dio la espalda.

Hoy se acaba de decretar el 17 de mayo como el primer Día Nacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Bifobia y Transfobia, tal y como debe llamarse. La puerta abierta se ha ensanchado y no debe cerrarse, mucho menos en un gobierno de izquierda que lucha por la justicia social. Mucho menos cuando la historia de los avances de la diversidad sexual ha ido acompañada de los distintos partidos socialdemócratas y los de izquierdas que han existido en la historia de México. Y hay que decirlo: Morena hoy ha votado a favor de todas las iniciativas de matrimonio igualitario y de identidad de género que se han presentado y lo ha hecho con apoyo del PRD, PT, MC, principalmente, y en algunos casos con el PRI, PV y NA.

México no será un país más libre, justo y equitativo sin la diversidad sexual. México no será un país menos desigual hasta que la dignidad de todas las personas LGBT se haga costumbre. Porque sólo la inclusión y la verdad nos harán libres. Porque el respeto al derecho ajeno, el respeto a la diversidad ajena, el respeto a la otredad, es y traerá la anhelada paz. Por ello, todas las personas, todas las identidades, todas las orientaciones, todas las familias. Ni un paso atrás.

Muchas gracias y muy feliz Día Nacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Bifobia y Transfobia.

Genaro Lozano es politólogo, internacionalista, activista LGBT, defensor de los derechos humanos y columnista de Reforma.

Texto publicado el 17 de mayo 2019.